Este lago, estrecho y con 37km de largo, goza de una fama desmesurada gracias a las leyendas ligadas a Nessie, el monstruo de las aguas que desde decenios alimenta la fantasía de escritores, turistas y amantes de los misterios.
El mito del gran lagarto de las profundidades de los abismos ha sido aumentado seguramente por el negocio del turismo, pero también por la particular belleza del Loch Ness: profundidad impenetrable, envuelto casi siempre en la niebla, frío y tedioso, rodeado de montañas abruptas, oscuras y silenciosas.
El único punto negro: hordas de turistas que en época de verano concurren al centro de visitantes y las zonas panorámicas para avistar el monstruo o para hacerse la foto recuerdo delante del lago.
Consejos
- Los panoramas más espectaculares se pueden admirar desde la vertiente menos turística, es decir, la costa oriental, en la B862/852.
- Si disponéis de tiempo podéis recorrer el circuito completo del Loch Ness, donde atraversaréis un trayecto verdaderamente magnífico entre Fort Augustus y Loch Mhor.
- Se pueden realizar varios cruceros en el lago para admirar la zona en todo su esplendor.
- Si no os gusta la aglomeración de turistas, os aconsejamos visitar Loch más sugestivos y menos concurridos.
Hay diferentes puntos panorámicos que explorar a lo largo del Loch Ness y muchas poblaciones en las que detenerse para relajarse.
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